La historiadora… un viaje a la romántica Europa del Este





Esta es la primera novela de Elizabeth Kostova publicada en el año 2015, a la cual dedicó 10 años de investigación previa, y por la que, en un caso excesivamente raro y afortunado, recibió 1,6 millones de euros como adelanto por el manuscrito.  Además de este feliz incidente Kostova vendió los derechos de traducción de la novela a 26 idiomas y el permiso para realizar una película a la Sony Pictures.


A mi parecer este relato pertenece al género gótico romántico, y si bien está basada en épocas desde los años 50 para acá, bien podría haber estado ambientada en los 1800’s por el estilo de la narrativa, lo cual tengo entendido, fue completamente intencional. En 2006 fue galardonada como la mejor novela de ficción para adultos de ese año.


Todo comienza cuando la hija de Paul, un diplomático que vive en Amsterdam en una apacible casa, encuentra un extraño libro que tiene todas las páginas en blanco excepto por la xilografía de un gran dragón de cola ensortijada en las páginas centrales; a partir de este momento la chica comienza a hacer preguntas y con mucho pesar, Paul empieza a contarle la historia de como consiguió este volumen y como este le llevo a la busqueda de la tumba de Vlad Tepes, el temido conde Drácula en el que se inspiro Bran Stoker para su archiconocida novela. Así es como esta chica va conociendo a su padre cuando era apenas un universitario que en su vida se imaginaba terminar de caza vampiros.


Ahora bien, si es cierto que la historia está muy bien escrita, tiene un manejo excelente de las líneas temporales y la sensación de estar leyendo una novela gótica es abrumadora; no puedo decir que este entre mis favoritas, es un libro de 698 páginas que más me pareció una buena guía turística de Europa del Este y el antiguo imperio otomano. Con todo y gastronomía y tradiciones ancestrales. Es entretenido si, hasta cierto punto por la cantidad de lugares que son visitados pero es realmente pesado y lento en cuanto a trama como tal del libro.

No me quejo de la construcción de los personajes tampoco, pero no los ame de todos modos, quizás sentí más simpatía y afecto por Helen Rossi ya que me recuerda a una amiga muy querida, pero de resto la verdad me dieron un poco igual, sobretodo la protagonista que asumo es por ella el título de la novela, es como la narradora pero casi no aparece y las veces que lo hace es una adolescente atribulada de preocupación por su padre mientras se empapa en la historia de Vlad Tepes; el villano principal de la novela, el cual aparece en las últimas 80 páginas del libro, cosa que tampoco me agradó y no, no es que esperara una novela de acción llena de muertes, sangre y conversiones vampíricas dolorosas, ya con el título uno espera bastante historia, tradiciones y todo eso pues, pero esperaba más presencia del conde, es una figura que obsesiona fácilmente y me encanta leer cosas sobre él. Dicho sea de paso no es que sea súper fan de las novelas sobre vampiros, suelen decepcionarme mucho, si hay algo que disfrute en extremo es la serie japonesa Hellsing porque su Alucard es la cosa más increíblemente poderosa y malvada que existe, lo amo. El conde de este libro no está nada mal, quizás por eso me molesta que apareciera tan poco.




Conclusión: Si te gusta la literatura gótica, la cual siempre es muy lenta y sutil, te recomiendo el libro ya que es completamente este estilo; si esperas acción, muchas balas de plata y estacas de madera, entonces no, te aburrirás de tantos parajes turísticos, historias y rumores, a mí me gusto pero no lo volvería a leer.

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